jueves, 21 de abril de 2011

Es raro cómo una piensa que se conoce a sí misma, pero en cambio no cae en la cuenta de que para conocerse a sí mismo hace falta saber cómo te ven los demás desde el exterior. Alguna vez he mencionado aquí que me considero madura y tal y cual, pero... ¿realmente la gente me ve así? ¿De verdad me conocen cómo yo me conozco, o incluso me conocen mejor de lo que yo misma me conozco? De verdad la gente cercana a mí piensa que soy cómo yo pienso que soy, o por el contrario opinan que soy de otra forma que no conozco.
Siendo cómo soy, ¿dejo ver a los demás mi forma de ser? ¿O me oculto dejando ver sólo la faceta infantil?
No, ¿verdad? Vale que en ocasiones soy infantil e insoportable, en algunas otras soy incluso amable, pero... ¿cómo soy en realidad? ¿Cómo me ven desde fuera? ¿Es una mezcla de cómo me ven y de cómo me veo yo la respuesta a cómo soy?
Una amiga me ha contado que le habían acusado de egocéntrica, cuando ni ella ni yo la vemos así, pero otra persona sí, por que de lo contrario no se lo habría dicho, ¿no? Entonces, ¿lo es o no lo es? Yo por mi parte, opino que no, y si ella misma esta de acuerdo conmigo y opina que no, será que la otra persona se habrá equivocado, ¿no?
Otra amiga afirma ser muy tímida, es cierto, lo es, al principio. Cuando por fin logré que dejara de ser tímida conmigo, ha resultado ser una de mis mejores amigas y de las mejores personas que conozco, y mi pregunta es: ¿Cuánta gente cómo ella están ocultos tras una máscara de timidez, o de otro rasgo cualquiera que haga a los demás alejarse?
Creo que es realmente complicado conocer a alguien de verdad, y que entre todos mis conocidos, sólo raspan una capa de mi, al igual que yo sólo conozco parte de ellos, a algunos mejor que a otros, pero al fin y al cabo, no hay día que deje de sorprenderme al conocer algo nuevo de alguien a quien pensaba que conocía bien.

Desde luego, las personas somos extrañas, la gran mayoría se ocultan de los demás, o por lo menos, ocultan su verdadero yo detrás de una capa de humor, de timidez, de carácter infantil, o incluso de prepotente sólo para que alguien los acepte, cuando en realidad están engañando tanto a ellos mismos cómo a los demás, pero sobre todo a ellos, porque si no eres cómo realmente eres, ¿para qué quieres ser así?
¿Sabéis qué os digo?
Que soy cómo soy, no sé exactamente cómo soy, pero en parte me da igual, porque no voy a cambiar por nadie, lo siento mucho, pero entonces dejaría de ser yo misma, y no pienso hacerlo.

Aunque realmente me gustaría saber cómo me ven los demás, sólo por curiosidad... sin dejar que influya demasiado en mi, aunque es algo complicado, puesto que estamos hechos a base de influencias de las personas que nos rodean, lo queramos o no.

martes, 19 de abril de 2011

Sensible

¿Qué demonios me pasa?
Cualquier cosa me cabrea, cualquier ruido me desespera, cualquier obligación me enerva...
Yo no soy así. Estoy sensible, me altero por cualquier tontería, y hago de algo diminuto un mundo.
Vale, no soy la hija perfecta, pero cuando tengo que hacer algo lo hago, sin más. Sin quejas, ni inconveniente alguno, pero ahora, cada vez que me mandan algo, lo hago, si, es cierto, pero en mi interior lo único que tengo ganas de hacer es salir corriendo y encerrarme en mi cuarto.
Antes estaba en el salón, viendo Moulin Rouge en la tele, cuando han vuelto mis padres que estaban por ahí, y han dicho de ver una película que llevamos días planeando ver. Obviamente he quitado la película, vale, y al momento de empezar a ver la otra me he dado cuenta de que no tenía ninguna gana de verla, cuando llevamos esperando días para verla juntos, y simplemente me he ido a mi cuarto, y me he puesto a ver otra cosa.
Me recuerdo al prototipo de adolescente imbécil e independiente que aparecen continuamente en películas y series, ese que se enfada con sus padres por cualquier gilipollez y que no admite no tener razón, incluso cuando es realmente obvio que no la tiene. Y yo me miro a mí, y veo que lo único que me apetece decir en estos momentos es gritar: "¡Dejadme en paz!" Cuando en el fondo sé que no tienen la culpa de nada, que soy yo la que está sensible e insoportable, la que debería cambiar, pero es que ¡no puedo! De verdad que no.

En estos momentos una gran banda sonora me acompaña, escuchad la canción, es perfecta. Dream on.
Lo seguiré haciendo, aunque me cueste la cordura en ciertos momentos, sólo el seguir pensando en ese sueño es lo que me mantiene los pies sobre la tierra, es agobioso, cierto, pero no por ello menos necesario.

miércoles, 6 de abril de 2011

Diminuta

¿Alguna vez habéis pensado en que importancia tenéis en el mundo? ¿Realmente esperáis ser alguien de renombre? Ya sea para bien o para mal, pero ser alguien que cuando una persona de otra ciudad, e incluso de otro país, escuche tu nombre diga: ¡Ah, yo sé quién es!
O simplemente dentro de tu propia ciudad, ser alguien conocido, no una oveja más que sigue al rebaño, a la que le gustan las mismas cosas que a otro par de millones de personas, que ve las mismas series, lee los mismos libros, se divierte con las mismas bromas...
El mundo es tan grande, que me hace sentir extraña, diminuta, cómo si no tuviera alguna importancia lo que yo piense, diga o haga, ya que no va a tener gran relevancia más allá de mi entorno más cercano.
Es cómo lo típico de "¿si ahora desaparezco, realmente habría dejado huella en algún sitio?"
Creo que el número de personas a las que les afectaría de verdad no serían más de diez. A ver, no es que quiera ser super famosa y que todo el mundo me conozca, de hecho, nunca he querido ser famosa, me parece que tiene que ser un agobio increíble, y una falta de vida privada completamente innecesaria, pero no sé, pensar que no has hecho nada realmente relevante, me deprime un poco.
Se que no puedo pedirle peras al olmo, y no puedo pretender no ser famosa y a la vez hacer algo realmente importante, pero en ocasiones me entran ganas de gritarle al mundo: "Hey, ¡estoy aquí! ¡No me ignores por favor!"  Sólo para comprobar si alguien es realmente consciente de mi presencia ahí, al lado suya.

El día de mañana pretendo ser buena en mi carrera, no la mejor, pero de los buenos, y cuando acabe, lo mismo en mi trabajo, cuándo lo encuentre, claro. Entonces, todo queda resumido a una monotonía opresiva y a una oveja más que sigue al resto, sin destacar en ningún momento, sin ser realmente importante, cómo un peón más, que si desaparece, simplemente será reemplazado, sin más. No quiero ser así.
Siempre he odiado a los que siguen una corriente, aunque irónicamente en muchas ocasiones también yo he seguido alguna, ¡pero es que es imposible no seguir ninguna! Quizás no la siga intencionadamente, pero hay tanta gente en el mundo, realmente tanta, que es imposible que alguien no haya hecho eso antes que tú, que no lo haya pensado antes que tú, que no haya vivido situaciones similares, y que no haya seguido una corriente que tú, sin darte cuenta si quiera, sigues también, cómo una más.
Todos estos pensamientos surgen por la presión de los exámenes en el instituto, que me hacen sentir diminuta con respecto a lo que se me está viniendo encima.
Odio sentirme presionada, con una carga sobre mis hombros para que en un futuro no demasiado lejano las cosas me vayan mejor, por que mis padres están dedicando tantos años a mi enseñanza para que un día, me pueda permitir las cosas que necesite, sin tener que preocuparme demasiado por los gastos, porque quieren que estudie, para ser alguien en algún momento, pero ¿quién? Volvemos a lo anterior, ¿ser una más? ¿alguien que no será nadie en realidad?
En ocasiones me comparo con otras personas, y suele haber dos vertientes, aquella que lo único que me provoca es incredulidad ante un comportamiento tan poco maduro, ilógico, infantil y muchos más calificativos nada positivos, y la otra a la que admiro. Aún así, me considero del fragmento más maduro, con la cabeza puesta sobre los hombros, que en ocasiones tiene ganas de comerse el mundo y cambiarlo a mejor, y en otras (cómo ésta) lo único que me apetece es gritar y gritar hasta quedarme afónica. En estos momentos no me siento demasiado madura, porque sé que no es más que una pataleta, y que se me pasará, pero si no me desahogo, me da algo, y esta es la mejor forma para desahogarme.
Supongo que es el momento para que me entren esta clase de dudas, planteamientos y quejas, pero aún así, me enerva ser de esta forma, sentirme inútil e irrelevante. Mi parte madura me quiere impedir publicar esto, pero ¿para qué demonios lo escribo entonces? Provoque lo que provoque, ya sea indiferencia, comprensión o ganas de pegarme una ostia, supongo que escribir, junto con mis dos o tres actividades de ocio son lo único que me mantienen con los pies en la tierra, aunque en ocasiones todo me sobrepasa, y me convierte en alguien (aún más) borde, irritable y quisquillosa, pero eh, creo que me lo merezco de vez en cuando, intento ser continuamente una hija modelo, una estudiante buena, una persona madura, razonable e incluso simpática, pero en momentos cómo este, ser así deja de tener sentido, porque necesito centrarme, y en vez de eso ¿qué hago yo? Ponerme a escribir o ver series. A veces soy una completa idiota, lo sé, pero creo que no puedo hacer nada por evitarlo. Soy así, al igual que sé que soy rara, y que estoy loca, pero oye, si no te gusta, no me hables.
En momentos así no sé cómo alguien me soporta, porque sinceramente, yo no lo haría, me daría un par de buenas ostias y hala.

Supongo que todos tenemos bajones, pero los odio igualmente, no me gusta sentirme así, ni pensar estas cosas, pero no puedo evitarlo, me hacen sentirme tan impotente...