lunes, 23 de enero de 2012

¿Miedo?

Hay gente que va muy tranquila a los exámenes, gente que se pone nerviosa o gente que dice tener miedo de ellos, o de alguno en concreto. Ya sea una asignatura que es más complicada, un temario que no consiguen aprenderse o algo que se les de especialmente mal y por eso le tienen más miedo.
Yo suelo ser un poco de todos los grupos. Hay exámenes que me ponen nerviosa, pero ligeramente, nada grave; otros que, por cualquier razón, no me preocupan tanto y voy más relajada y otros que me dan miedo.
Hasta hoy creía que el que peor llevaba y que más miedo me daba era el de lingüística. Esa asignatura temida por todos los estudiantes de Traducción e Interpretación.
Personalmente me recuerda a filosofía, y como esta no me termina de gustar, la verdad es que lingüística tampoco me gusta. La componen una serie de lecturas "optativas" (que de optativas no tienen nada...) que son bastante densas e infumables.
Yo, ilusa de mí, creía que las demás más o menos las manejaba bien.
Hasta que me he puesto con el oral de inglés.
Parece algo muy tonto, pero ese examen que creía tan sencillo (y que, de hecho, de complicado no tiene nada) me da pánico.
Así de claro, ni miedo, ni nervios, ni nada de eso. Pánico.

He estado intentando prepararme el examen yo sola, en mi cuarto, recitando una y otra vez uno de los cuatro bloques que me entran (en total son dos carillas, a media por bloque, nada del otro mundo) y no era capaz. Se me trababa la lengua, no sabía pronunciar palabras que, en realidad, ya he pronunciado más de una vez, notaba mientras hablaba el marcado acento español que inunda mi inglés y no he podido evitar pensar "Si no soy capaz de recitar un pequeño texto yo sola, en mi cuarto, sin presiones externas ni nada... ¿cómo voy a lograr hacer una interpretación?, ¿cómo voy a conseguir decir algo segundos más tarde de que lo diga otra persona, y además en otro idioma?"
Y entonces me he agobiado.
Que sí, que sé que es mi primer año.
Que sé que me tienen que enseñar a hacer las interpretaciones, que no se nace sabiendo.
Pero... parece tan complicado... que a veces me pregunto si estoy en la carrera correcta...
pero luego pienso en lo que me gusta traducir algo, en lo mucho que me motiva entender una serie sin subtítulos de ningún tipo, en que me gusta ver las cosas dobladas al español y tras una frase que me guste o tras una palabra que me llame la atención, cambiarle el audio a su versión original, para ver cómo lo dicen. En todas las cosas que hacen que adore mi carrera, y en todas las que me hacen temerla...
La verdad, gana lo positivo.
Estoy orgullosa de estar estudiando algo que me gusta tanto, aunque no todo lo que haya en ella me guste o se me dé bien, porque me gusta esforzarme y saber que mi esfuerzo es recompensado con buena nota y con conocimientos nuevos. Que parece muy tonto, pero me gusta aprender cosas. Me gusta cuando los profesores me explican cosas que a lo mejor no entran en el temario, pero que son interesantes.

Me gusta mi carrera y aunque a veces me de verdadero pánico algún examen o asignatura, estoy contenta de estar en ella.